Desde un lugar “far far away” la Xiaomi Mi Band 2 llamó
mi atención. No hablo de: Apple Park en Cupertino, California. La pulsera en
cuestión fue diseñada y producida en el gigante asiático y, hoy contamos con su
presencia para hacer del fitness una experiencia fantástica y llevadera.
Indudablemente la pantalla es la gran noticia y, aunque
solo pueda leerse en vertical la nitidez es realmente apreciable. Ventaja
aportada por el diodo orgánico de emisión de luz (tecnología OLED, por sus
siglas en inglés) carente en versiones anteriores.
La durabilidad está garantizada con un grado de Ingress
Protection que hace nula la entrada de polvo aún en circunstancias extremas,
imposibilitando además la penetración de agua o algún líquido similar al menos
en un metro de profundidad durante 30 minutos.
Lo que más me ha gustado de esta pulsera de actividad (además de toda la información vital que nos muestra en tiempo real del comportamiento de nuestro organismo tanto en reposo como en activo) es que las manillas de silicona reducen la aparición de síntomas alérgicos y son fácilmente cambiables a gusto del consumidor. Ahora podrás elegir colores entre: azul, verde, naranja o negro.
Hace dos semanas que me acompaña a todas partes, bajo lluvia, sol y sereno. Ya tengo quien me vigila el sueño y sin preocuparme por el agotamiento de la batería, pues goza de una estupenda autonomía.
Más atractivo que sus funciones es su precio, el cual es increíblemente bajo comparado con otros productos similares a la venta en el mercado. Por solo 19,99 euros y con funciones por encima de la media la puedes comprar en Mediamarkt o adquirirla a través de la web.
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