Coches autónomos, ¿cuándo llegarán?
Según datos de la DGT, actualmente más del 90% de los accidentes de tráfico que se producen en nuestras carreteras son debidos a fallos humanos. Esto quiere decir que, si tuviéramos la clave para evitar este tipo de errores, la mayor parte de las más de 2.000 muertes que se produjeron por accidentes de tráfico en 2017 podrían haberse evitado. Esta posibilidad, a priori inalcanzable, está más cerca de lo que creemos gracias a la evolución tecnológica del mundo automovilístico y a la aparición de los coches autónomos, vehículos que son capaces de circular de forma independiente, sin necesidad de conductor.
Una evolución paulatina
Hace ya algunos años que los grandes fabricantes de automóviles han empezado a trabajar, en colaboración con las principales empresas tecnológicas, para que el lanzamiento de los coches autónomos se convierta en una realidad.
En este sentido, es cierto que ya encontramos en el mercado vehículos con cierta autonomía, sobre todo gracias a los sistemas avanzados de asistencia en la conducción o ADAS (Advanced Driver Assistance Systems) como, por ejemplo, el sistema de control de velocidad crucero, el sistema de dirección asistida, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico o la asistencia en el cambio de carril. Incluso algunos modelos disponen ya de opciones de conducción autónoma en condiciones muy específicas como situaciones de baja velocidad, entornos urbanos…
Los sistemas ADAS son los precursores de lo que será la conducción automatizada, cuya introducción será gradual. Y es que los fabricantes aseguran que esto será beneficioso tanto para los consumidores, que podrán adquirir confianza progresivamente y empezar a invertir en este tipo de vehículos, como para los fabricantes, que podrán desarrollar la tecnología necesaria y resolver los defectos con los que se vayan encontrando sobre la marcha. Además, en la mayoría de los casos continuará existiendo la posibilidad de desconectar el automatismo del vehículo y conducirlo de forma tradicional. Se prevé que no será hasta 2025 cuando veamos coches conduciendo por ellos mismos.
¿Quiénes están trabajando en ello?
Mercedes Benz, Toyota, Nissan, Volvo, Honda Kia, Ford, Citroën, Peugeot, TESLA, Waymo… No hay ningún fabricante que no quiera sumarse a la moda de los coches autónomos. Y es que ellos mismos reconocen que, aunque todavía queda trabajo y desarrollo tecnológico por delante, se trata de un futuro irrenunciable.
Parece que Mercedes tomó la iniciativa en este campo el pasado 7 de abril con el lanzamiento al mercado del nuevo Mercedes-Benz Clase E, que incorpora novedosos sistemas como el Drive Pilot, un sistema muy completo que es lo más cercano a la conducción autónoma: es capaz de realizar operaciones como el mantenimiento del coche en el carril sin intervención del conductor, el mantenimiento de la velocidad programada, de la distancia de seguridad con el vehículo precedente, de frenar autónomamente hasta la detención, de reanudar la marcha cuando el coche de delante se pone en movimiento… o el Detector Activo de Cambio de Carril, que permite cambiar de carril si se lo indicamos con el intermitente.
Otros como Nissan no se quedan atrás, pues han anunciado que el próximo modelo de su ya tradicional Qashqai será su primer vehículo con la tecnología Piloted Drive.
Además, proveedores de tecnología como Apple, Google o Bosch llevan años desarrollando sistemas en este sector e investigando sobre cómo ofrecer servicios de valor al usuario cuando utilice el vehículo y no tenga que conducir.
Ventajas y desventajas de los coches autónomos
La conducción automatizada afectará a todo el automóvil: a su sistema de propulsión, a los frenos, a la dirección, a la navegación… de ahí que suponga multitud de ventajas para el usuario, que prácticamente no tendrá nada de qué preocuparse. Pero, como todos los dispositivos en sus primeros años de desarrollo, también es cierto que presentan algunas desventajas.
Ventajas
Mayor seguridad: se prevé una reducción del número de errores al volante y consecuentemente del número de accidentes.
Mejora de la circulación: los vehículos serán más eficientes en situaciones de tráfico denso.
Mayor eficiencia energética: otra de las mejoras será su funcionamiento a través de la red eléctrica, por lo que se ahorrará en el consumo energético.
Aumento de la productividad: sobre todo a la hora de efectuar algunas tareas en ruta como, por ejemplo, aparcar. El conductor podrá bajar del coche y este podrá autónomamente buscar un estacionamiento.
Nuevo diseño y mayor potencia: no necesitarán todos los elementos de los coches tradicionales.
Desventajas
Precio más elevado: los primeros modelos serán, lógicamente, de precio más elevado, por lo que es posible que tengan que pasar unos años desde su lanzamiento hasta que estén al alcance de todos.
Posibilidad de fallos tecnológicos: esta es la desventaja principal. Y es que, como todo, la tecnología no es infalible, por lo que podrían darse casos de errores en la programación del código del vehículo, entrañando un peligro que podría provocar accidentes viales.
Seguros para coches autónomos y legislación aplicable
Otro de los frenos a la llegada de los coches autónomos es la necesidad de actualizar la legislación aplicable a la vez que la oferta de productos aseguradores actuales. Pensemos, por ejemplo, en la responsabilidad que se derivaría en los casos de accidente. ¿De quién sería la culpa de un accidente vial de un coche autónomo? ¿Del conductor, de su aseguradora, del fabricante…?
Esta previsión de futuro está provocando que, cada vez más, las aseguradoras busquen una adaptación de sus modelos de negocio. Es cierto que se prevé que con estos vehículos habrá menos accidentes, pero siempre existirá margen de error, sobre todo en el periodo inicial, en el que existirá la conducción mixta. Además, surgirán nuevas necesidades que proteger y con ellas nuevas coberturas y garantías que desarrollar.
Además, debemos tener en cuenta que la legislación vial actual no está adaptada a la circulación de un coche totalmente autónomo, por lo que la DGT también se verá obligada a actualizar su normativa con la llegada de este tipo de vehículos. ¿Deberán los usuarios sacarse el carnet de conducir para poder utilizar los coches autónomos? ¿O surgirá un nuevo permiso obligatorio? Esta es otra de las grandes cuestiones que deberán resolverse.
En definitiva, aún queda mucho camino por delante que recorrer en el mundo de los coches autónomos: tendrán que acabar de desarrollarse y de probarse. Pero, además, la legislación, las entidades aseguradoras y los propios usuarios deberán adaptarse a esta nueva realidad que, queramos o no, cada vez está más cerca.
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